Columna de opinión
El equipo de las tres “b”
Por Rafael Flores
Bueno, bonito y barato. El Barcelona es, quitando la “b” de su nombre, el
equipo de las tres “b”. Bueno, porque después de un tiempo ha conseguido agradar
a propios y extraños con su fútbol. Bonito, porque, a pesar de que no hay
inventos en su formación, goza de un fútbol vertical, de ese que gusta por
las ocasiones de gol que crea; además tienen a Ronaldinho (tal vez no es el
ícono de la belleza física, pero sí que sabe de la futbolística), hoy por
hoy el mejor jugador del mundo. Pero, sobre todo, el Barça es barato. No gastó
un duro en este último año en fichajes. Su equipo actual es fruto de un proceso
que ha liderado Frank Rijkaard desde que llegó al banquillo.
Mientras otros se gastan una millonada en sus figuras mediáticas, el Barcelona
ha concentrado a unos jugadores que combinan la individualidad con el colectivo...
y los frutos ahí están: dos Ligas ganadas de manera consecutiva (y quién sabe
si tengan un rival el próxio año) y posiblemente una Champions. Los resultados
deportivos y los económicos se han combinado bien en el club catalán, algo
que otros han tratado de hacer, pero sobreponiendo la economía ante el deporte,
y es obvio que la gente preferirá comprar camisetas de un ganador de uno que
no lo es.
Ahora, incluso, sus jugadores se han convertido en objeto de contratos publicitarios
importantes. Eso quiere decir que lo que hacen en la cancha los conduce hacia
los logros económicos (tanto personales como para el club), y no al revés.
Ni el Valencia, ni el Real Madrid, ni Osasuna le pudieron dar alcance ante
una abrumadora ventaja. Incluso los catalanes se han dado el lujo de ver como
el resto tienen su propia Liga por el segundo lugar... el primero tuvo dueño
desde antes de la mitad del torneo.
Dicen que en el fútbol no existe la justicia, pero el Barcelona lo ha hecho
ver justo: es el mejor equipo en la actualidad (resultados y rendimiento hablan
de ello) y la Liga es un merecimiento. La diferencia de más de diez puntos
en la clasificación es es un argumento de que la justicia tarda pero no olvida.
Por último, este equipo tiene que servir de lección para el resto: ha mantenido
a su entrenador, a sus jugadores, hay una relativa estabilidad... los frutos
son palpables y contrastan con los que cambian entrenador como de ropa interior,
los que se hacen una base de jugadores con base en su precio y no en su rendimiento
y los que en su cabeza dirigencial tienen una dinámica como en la del entrenador.
Por eso, esta Liga es para el que lo merece: el Barcelona, el equipo de las
tres “b”.