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Samuel Etoo no acabó el martes el entrenamiento con el resto de la plantilla porque Guardiola decidió que debía irse al vestuario. En otras palabras, que le echó de la sesión en pleno trabajo.

El entrenamiento era a puerta cerrada como suele ser habitual en los días previos a un partido. Etoo comenzó la sesión nervioso y levantó la voz en un par de ocasiones por lo que Guardiola le llamó la atención y medió en la discusión para calmar los ánimos del jugador. Cinco minutos después, el delantero seguía con la misma actitud y el técnico, antes de que la cosa fuera a mayores, le dijo que se fuera al vestuario, mientras el resto de sus compañeros seguían ejercitándose. El camerunés acató la decisión y se fue visiblemente enfadado.

Su carácter impetuoso le jugó una mala pasada
Etoo siempre ha tenido un temperamento volcánico, aunque esta temporada parecía estar tan tranquilo que costaba a veces incluso reconocerle. El martes su carácter impetuoso le jugó una mala pasada.

El delantero está atravesando un momento deportivo excepcional y es el Pichichi de la Liga con 18 goles. No hay ningún motivo para que esté nervioso, pero todos en el Barça saben del carácter competitivo del africano y ayer se pasó lo suficiente como para que Guardiola, siempre atento a las reglas de conducta, decidiera que la mejor solución es que Etoo no siguiera ejercitándose con sus compañeros.

Guardiola dejó claro dónde estaba la línea
Desde que llegó al banquillo, Guardiola dejó claro dónde estaba la línea. Al mismo tiempo, y pese a que el técnico soltó ya el día de su presentación que no contaba con Etoo, la relación entre ambos ha sido buena. Sólo en una ocasión hubo un gesto que hizo contener la respiración al Camp Nou. Fue ante el Atlético cuando el entrenador decidió sustituir a Etoo, que se fue hacia el banquillo con mala cara. Pep le tendió la mano y en el escaso par de segundos que tardó el delantero en responderle, el estadio se temió lo peor.